Historia
Los datos más antiguos sobre el poblamiento de la cuenca fluvial del Boeza se remontan al Paleolítico Inferior y Medio, como lo demuestra la presencia de industria lítica en el enclave de “El Parral” en San Román de Bembibre. En este mismo lugar, se halló un hacha pulimentada en el paraje de “La Canchona,” atribuida al Neolítico.
Durante la Edad del Cobre (2500-1800 a.C.), se constata la existencia de agrupaciones con una economía agronómica asociada a la “Cultura Campaniforme,” como lo evidencian varias puntas de flecha tipo “palmela” encontradas en Santibáñez del Toral.
En el Bronce Final III (siglo VIII a.C.), se ha exhumado en Bembibre un conjunto significativo de armas arrojadizas. Estas lanzas están asociadas a la “Cultura de los Castros,” caracterizada por asentamientos en alturas estratégicas, que garantizaban defensa y autarquía. En esta sociedad se rendía culto a diferentes deidades, destacando “Cossus,” una divinidad guerrera equivalente al Marte latino. De este dios se conservan varias estelas en lugares como Arlanza, Noceda, San Esteban del Toral, San Pedro Castañero, Santibáñez del Toral, El Valle y Tedejo.
El Bronce de Bembibre o Edicto de Augusto
El símbolo máximo de la conquista romana del Noroeste de Hispania es el “Bronce de Bembibre,” descubierto cerca de la villa. Este documento epigráfico contiene un edicto del año 15 a.C., otorgado por el emperador Augusto a los “Paemeiobrigenses” de la “gens susarrorum,” habitantes del Bierzo Alto, por su alianza con las legiones romanas durante las Guerras Cántabras (29-19 a.C.). Como recompensa, se les concedieron privilegios jurídicos, fiscales y territoriales por el gobernador L. Sestius Quirinalis.
Durante la romanización, la región pasó a formar parte del “Conventus Asturum,” convirtiéndose en un importante centro de explotación aurífera. Los yacimientos de “La Corona del Chanillo,” “Los Valgones,” y el núcleo de La Villavieja en Bembibre ofrecen vestigios de esta época, como un ara votiva del siglo I d.C. dedicada a Júpiter y un miliario cercano a la Vía Nova. Sin embargo, la crisis del Bajo Imperio Romano marcó el declive de esta sociedad y la llegada de los suevos a “Gallaecia,” que incorporaron el área “bergidense” a su reino.
En el año 585, los visigodos liderados por el rey Leovigildo anexaron la región, iniciando una etapa de fundaciones monásticas en el siglo VII, que se convertirían en la futura “tebaida berciana.” La invasión musulmana de 711 destruyó gran parte de este legado, poniendo fin al esplendor de la monarquía visigoda.
La recuperación de la región para el cristianismo fue obra del rey asturiano Ordoño I (821-866) y su reorganización la llevó a cabo el conde Gatón, quien probablemente levantó un castillo en el promontorio donde hoy se erige La Villavieja de Bembibre. En 1198, el rey Alfonso IX otorgó a Bembibre el “fuero de León,” lo que consolidó su desarrollo administrativo y económico y le permitió controlar el paso de personas y mercancías en la ruta hacia Galicia.
Rutas de peregrinación
El descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago impulsó nuevas rutas de peregrinación. Sin embargo, muchos peregrinos optaron por transitar la antigua calzada romana que iba de Astorga al Puerto de Manzanal, pasando por Bembibre, en lugar de los caminos más abruptos de montaña. Esta vía alternativa del Camino de Santiago, conocida como “Calzada de Romeros” o “Camino Francés,” conectaba con la ruta principal en Cacabelos.
En el siglo XIII, Bembibre se convirtió en la capital del Condado del Bierzo y de la Tenencia del Boeza. Posteriormente, en 1304, el rey Fernando IV la erigió en señorío del infante Alfonso de la Cerda. A lo largo de su historia, la villa fue parte del Condado de Alba de Aliste hasta la disolución de los señoríos en 1812.
Las fuentes históricas documentan una comunidad judía en Bembibre, asentada en torno a la Plaza Mayor y el Barrio de La Fuente, que fue expulsada en 1492 por Rodrigo de Ferrera, el merino mayor de la villa. Aún se conserva el legado histórico de esta comunidad, como la sinagoga transformada en iglesia y la necrópolis de San Cebollón.
En la Edad Moderna, Bembibre experimentó una crisis demográfica que redujo su población de 160 vecinos en 1543 a 104 en 1630. Sin embargo, para el siglo XVIII, se inició una recuperación, reflejada en los registros de 1753, 1768 y 1797, con unos censos de 137, 150 y 160 “cabezas de casa,” respectivamente.
Minería y ferrocarril
La economía de la región siempre dependió del usufructo de la tierra, con una combinación de agricultura extensiva en secano y agricultura intensiva en regadío, complementada por la ganadería. Los excedentes agrícolas se comercializaban en ferias y mercados locales que se remontan al siglo XVI.
Bembibre también fue pionera en la minería del carbón, gracias a Carlos Lemaur, quien en 1764 descubrió filones de “carbón de piedra” en Cerezal de Tremor. Aunque los primeros intentos de explotación fracasaron, esta actividad se intensificó con la llegada del ferrocarril en 1882, lo que marcó el inicio de un siglo de desarrollo minero.
Futuro industrial
Hoy en día, Bembibre mantiene una industria diversificada, aunque con una menor dependencia de la minería. La localidad cuenta con un polígono industrial y un sector servicios sólido, que se proyecta como el motor de su futuro desarrollo económico, basado en su papel como centro administrativo y comercial de la región.